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ANÁLISIS DE LAS DEFICIENCIAS HÍDRICAS EN BOSQUES PRIMARIOS E INTERVENIDOS DE Nothofagus pumilio
Inés Mormeneo ; Guillermo Martinez Pastur ; Alicia Moretto 2 y Vanesa, Lencinas 2 INTRODUCCIÓNEl principal componente de los bosques de Patagonia sur es Nothofagus pumilio (Poepp. et Endl.) Krasser, comúnmente llamada `lenga´. Esta especie se encuentra distribuida naturalmente en un amplio rango que se extiende desde -36° 50' a -55° 02' de latitud ( Dimitri, 1972) . Estos bosques se regeneran mediante diferentes propuestas silvícolas, que van desde un tratamiento de retención dispersa hasta la tala rasa (Martínez Pastur et al. , 2000), que impacta significativamente sobre los componentes bióticos que lo componen ( Martínez Pastur et al. , 2002). Muy pocos estudios han centrado su investigación sobre las variaciones de componentes abióticos, como lo son las variables climáticas (Mormeneo et al ., 2003; Caldentey et al. , 1998; Frangi y Richter, 1994). El análisis de las deficiencias hídricas permite evaluar la variación anual de los distintos elementos del balance (Pascale y Damario, 1977) y contribuye a resolver algunos aspectos agronómicos. El objetivo de este trabajo fue analizar la variación del contenido de agua en el suelo mediante balances hídricos secuenciales en bosques primarios y discutir implicancias del manejo forestal. MATERIALES Y MÉTODOSLos estudios se efectuaron en tres rodales de bosques puros de N. pumilio en la Ea. San Justo – Tierra del Fuego (-54° 06' Lat., 68° 37' W). El clima se caracteriza por tener un verano corto y frío, e inviernos largos con nieve y heladas. La temperatura media mensual varia entre –3 °C y 9 °C con temperaturas medias negativas durante el invierno. Los suelos son poco profundos, con bajo grado de pedregosidad y buenas condiciones de drenaje . El período de crecimiento oscila en 150 días y la precipitación varía entre 400 y 500 mm /año (Cuevas, 2000). Se evaluaron tres condiciones de rodal: (a) bosque primario sin intervención ( BP ); (b) bosque intervenido con un tratamiento de regeneración con retención dispersa ( RD ) y (c) talas rasas ( A ). BP posee un área basal de 65-75 m²/ha, 400-600 ind/ha, 40-45 cm DAP y 680-780 m³/ha. Durante la aplicación de la RD se extrajo el 50% del área basal, dejando el 40% de la cobertura original, quedando los árboles remanentes homogéneamente distribuidos en el área bajo manejo, mientras que en A se extrajo la totalidad de los individuos . Dentro de estos rodales se instalaron estaciones meteorológicas automáticas que registraron la temperatura y la precipitación. Existen varios modelos para estimar el balance de agua en el suelo, utilizándose en este trabajo los balances seriados ( Pascale y Damario, 1977). Se trabajó con capacidades de almacenaje calculadas por el método gravimétrico a campo: 56 mm en BP, 30 mm en RD y 38 mm en A. Las determinaciones se hicieron hasta una profundidad de 30 cm del suelo forestal, por lo que estaría influyendo a nivel de sotobosque y raíces arbóreas superficiales. En la estimación de evapotranspiración potencial se siguió la metodología de Thornthwaite (1948), presentándose la información del período 2002-2004. RESULTADOS Y DISCUSIÓNLos totales mensuales de precipitación registrada fueron en promedio 65% mayores en el RD que en BP y 15% mayores en A que en RD . En la Figura 1 se puede observar que las diferencias mencionadas varían con los cambios fenológicos en los árboles (presencia de hojas) y de cobertura forestal en los bosques intervenidos frente al bosque primario sin intervención. Figura 1. Variación anual de la precipitación en bosques primario sin intervención ( BP ), e intervenidos ( RD y A ). En Cuadro 1 se observan las relaciones de intensidad de precipitación (Pp total/nº días con Pp) en mm día -1 y el número de días con lluvia para los distintos rodales. No se encontraron diferencias significativas en la intensidad promedio de la precipitación para el período considerado (2002-2004). En tanto que el número de días con lluvia fue significativamente mayor en RD que en BP . Estas diferencias se deben a que las copas retienen gran parte del agua de las precipitaciones, siendo significativa en los bosques primarios ( Caldentey et al. , 1998; Frangi y Richter, 1994). Cuadro 1. Intensidad de la precipitación y número de días con lluvia en BP, RD y A durante el período 2002-2004.
Figura 2. Evapotranspiración real en bosques primarios sin intervención ( BP ) e intervenidos ( RD y A ). La evapotranspiración potencial ( ETP ) y real ( ETR ) presentaron una misma tendencia a lo largo del período analizado (Figura 3). A través del balance mensual de entrada y salida de agua en el suelo se pudo clasificar los meses en secos (P-ETP < 0) y húmedos (P-ETP > 0), determinando un período más seco desde noviembre 2003 a marzo 2004 con pequeños déficit (Figura 3). En el verano de 2002-2003 las deficiencias de agua en el suelo fueron menores, debido a una mayor precipitación. Al realizar una comparación entre los déficit se observan mayores valores en BP, debido a las menores precipitaciones que llegan al piso forestal. Los bosques intervenidos presentan menor déficit de agua, debido a que llega mayor precipitación. Asimismo, la menor capacidad de almacenaje permite a estos suelos alcanzar mayores contenidos de humedad respecto a BP luego de ocurrir cada precipitación. Este menor déficit explica en parte el mayor desarrollo del sotobosque luego del aprovechamiento del bosque primario (Martínez Pastur et al ., 2002). Figura 3. Variación de los déficit de agua en el suelo en bosques primarios ( BP ) e intervenidos ( RD y A ). Noviembre es un mes crítico para el desarrollo de la regeneración, porque comienza la apertura de las hojas y la germinación de las semillas. Durante el mes de noviembre de 2002, la lluvia fue escasa y concentrada en un solo día, disminuyó la humedad ambiental y se produjo un fuerte déficit de agua en el suelo. Esto explicaría la gran mortalidad en la regeneración instalada, que fue significativamente mayor en RD (677 mil/ha a 267 mil/ha) que en el BP (465 mil/ha a 401 mil/ha). En 2003 también ocurrió un pequeño déficit de agua en ese mes aunque no se observaron daños significativos en las plántulas. CONCLUSIONESDebido a la mayor intercepción de la precipitación del dosel forestal en BP , una menor cantidad de agua alcanza el suelo forestal, siendo mayor a medida que los bosques son más intensamente intervenidos. La temperatura promedio del aire fue similar en los tres ambientes con temperaturas medias negativas en invierno. Estas diferencias microclimáticas modifican el balance de agua en el suelo e influyen sobre el desarrollo del sotobosque y de la regeneración. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICASCaldentey, J., Schmidt, H., Ibarra. M., Promis, A. 1998. Modificaciones microclimáticas causadas por el uso silvícola de bosques de lenga ( Nothofagus pumilio ), en Magallanes, Chile. Primer Congreso Latinoamericano. Valdivia (Chile), 12 pp. Cuevas, J. 2000. Tree recruitment at the Nothofagus pumilio alpine timberline in Tierra del Fuego, Chile. J. of Ecology 84: 840-855. Dimitri, M. 1972. La Región de los Bosques Andino Patagónicos. Sinopsis General. INTA Buenos Aires, Argentina. 381 pp. Frangi, J., Richter, L. 1994. Balances hídricos de bosques de Nothofagus de Tierra del Fuego, Argentina. Revista de la Facultad de Agronomía de La Plata 70: 95-79. Martínez Pastur, G; J Cellini; P Peri; R Vukasovic; C Fernández. 2000. Timber production of Nothofagus pumilio forests by a shelterwood system in Tierra del Fuego (Argentina). Forest Ecology and Management 134(1-3):153-162. Martínez Pastur, G; P Peri; C Fernández; G Staffieri; Mv Lencinas. 2002. Changes in understory species diversity during the Nothofagus pumilio forest management cycle. Journal of Forest Research 7(3): 165-174. Mormeneo, I., Martínez Pastur, G., Busso, C. y Lencinas, M.V. 2003. Caracterización climática en bosques primarios e intervenidos de Nothofagus pumilio en Tierra del Fuego (Argentina). Anais XIII Congresso Brasileiro de Agrometeorologia, Vol. 1: 187-188. Santa María (Br). Pascale, A. J. y Damario, E.A. 1977. El balance hidrológico seriado y su utilización en estudios agroclimáticos. Rev. Fac. Agron. de La Plata LIII (1-2):14-34. Thornthwaite, C. W. 1948. An approach toward a rational classification of climate. Reprinted from The Geographical Review, 38 (1): 55-94. Thornthwaite, C. W and Matter, J.R. 1957. Instructions and tables for computing potential evapotranspiration and the water balance. Drexel Institute of Technology. Climatology. 10(3):185-311. Cátedra Agrometeorología. Dpto. Agronomía. Calle San Andrés s/n, Altos de Palihue, UNSur (8000) Bahía Blanca, Argentina. E-mail: imormene@uns.edu.ar . Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC-CONICET) cc 92 (9410) Ushuaia, Argentina.
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